Activarse

Aleja a los niños de sus pantallas y del sofá, y los anima a ser más activos físicamente mientras que al mismo tiempo se divierten. Aprender un arte marcial es un entrenamiento de cuerpo entero y mente que desafía a todos a crecer como individuos!

Establecimiento de objetivos

Tener una competición o torneo al que los niños puedan aspirar les ayuda a enseñarles a establecer metas en la vida, y ganen o no, les ayuda a lidiar con cualquiera de los dos resultados, lo que les será beneficioso en la vida posterior.

Escuchar

Escuchar es clave en las artes marciales, ya que sin escuchar al instructor, no podrán aprender el movimiento correctamente. Enseña a escuchar uno a uno, así como en grupo, y demostrar estas habilidades permite a los niños progresar a través de los cinturones.

Aumentar su autoestima y confianza

Cuando un niño domina una nueva habilidad o se mueve, aumentará su confianza y les dará una verdadera sensación de logro. Recorrer su camino a través de los grados también muestra que el trabajo duro vale la pena y tienen algo en lo que confiar.

Trabajo en Equipo

A menudo en las clases de práctica trabajaremos en parejas para aprender nuevas habilidades o movimientos y luego practicarlos. Esto no sólo les enseña a respetar a otras personas, sino a trabajar juntos para lograr su objetivo mutuo. ¡Pronto aprenderán que a veces dos cabezas son mejores que una!

Resolución de conflictos

Un concepto erróneo común de las artes marciales es que promueven comportamientos violentos, pero de hecho, es todo lo contrario. Las artes marciales enseñan a los niños habilidades pacíficas y no violentas para la resolución de conflictos y enfatizan que los altercados físicos deben evitarse.